miércoles, 18 de junio de 2008

la expresión tras los muros.

la censura. de un lado y del otro.

«Martín Fierro» nucleó a escritores jóvenes, sofocados por el ambiente caracterizado por la ausencia de verdad y restricciones a la libertad de expresión del pensamiento. Las ideas de renovación y transformación social, consituyeron en realidad una reacción contra múltiples prejuicios absurdos del público y de los dirigentes de la opinión, dentro y fuera del gobierno. Puede plantearse entonces que desde la revista trataban de sortear la escasa libertad de expresión desde diversas expresiones de la vida colectiva y del movimiento literario y artístico, sin contar manifestaciones múltiples de la cultura mental circunstante.los vanguardistas que pertenecían a este movimiento sufrieron las definiciones descalificativas que se diseminaban desde los círculos intelectuales mas conservadores de la elite porteña en relación a sus obras. desde esos sectores se ponía en tela de juicio el carácter artístico de sus creaciones puesto que no respondían a las maneras de hacer y los estilos propios del arte tradicional. en este sentido puede hablarse de una suerte de censura velada.
La revista fue victima de ina interna política. Hacia 1927 comienza a advertirse cierto grado de inquietud social entre sus miembros. Algunos de los colaboradores de Martin Fierro (González Tuñón, Borges, Marechal, Petit de Murat, etc) forman el "Comité Yrigoyenista de Intelectuales Jóvenes", un organismo de vida breve que manifestaba su apoyo al radical Yrigoyen mientras gobernaba Alvear. Puesto que Evar Méndez no vió con buenos ojos esa expresión de corte político en su publicación cultural, el grupo se disolvió y el director decidió cerrar la revista. En este sentido podemos entender esta decisión como un acto que buscaba acallar a quienes dentro de la revista, trataban de hacer de ésta un órgano dedicado a la propaganda política Yrigoyenista. De algún modo y aunque la expresión suene demasiado fuerte, podemos determinar que el director ejerció censura sobre los colaboradores de la revista, entendiendo así que clausuró los canales que encontraban para difundir un punto de vista distinto al que sostenía Mendez.






entrevista a Sebastián de la Tribu:

Al igual que en el caso anterior, la Tribu padece de cierta censura social, en tanto sus producciones culturales y mediáticas suelen ser tildadas de "subversivas" o "improvisadas". Este tipo de descalificación que proviene de los sectores más conservadores de la sociedad opera como un mecanismo que tiende a resquebrajar y debilitar el discurso disidente para asi mantener el status quo.
Otra barrera con la que se enfrentan los jóvenes de la tribu se vincula a la esfera económica. Por tratarse de un proyecto autogestionado y autofinanciado, se topan con diversos obstáculos a la hora de concretar proyectos e iniciativas y esto se debe, principalmente, a la falta de recursos de financiamiento. En esta misma línea, puede situarse la siguiente cuestión: la antena de la Tribu tiene alcance limitado (Capital Federal y el primer cordón de Gran Bs.As.) y muchas veces sufre de problemas técnicos que no pueden ser resueltos debido a las limitaciones económicas con las que conviven . Esta cuestión opera entonces como una suerte de "censura económica" que limita de algún modo la plena expresión.

En el marco legal, la Tribu cuenta hoy con un permiso precario provisorio (PPP), de manera que la radio es legal pero con ciertas restricciones; nos contaban sus integrantes que encuentran límites a la hora de conseguir pauta oficial o participar en concursos y proyectos en el exterior. Además, puede señalarse en este mismo sentido las falencias del COMFER, que no asume una postura comprometida en cuanto a la regulación de las frecuencias y las interferencias que se suceden por la invasión del espacio que realizan otras emisoras con mayor potencia. En el caso de La Tribu, en muchos lugares de Capital Federal no puede sintonizarse debido a la interferencia que hacen las otras emisoras.

Por último, encontramos también la presencia de cierto grado de autocensura efectuada desde los mismos miembros de la Tribu. Observamos que adoptan formas de hacer y de decir propias de las radios comerciales, como la adopción de un lenguaje afectivo-lúdico, renunciando al discurso político e informativo para poder interpelar a una mayor audiencia. Ocurre en este fenómeno que se pierde la ética por cuidar la estética. Adoptan formas estereotipadas que se alejan de la visión alternativa que intentan presentar: si bien esto puede significar una autocensura puede entenderse en términos de que al estar insertos en una sociedad homogeneizada por un discurso comunicacional deben, en cierto sentido, adaptarse a esa lógica; lo que no significa dejar de lado un discurso rupturista que subyace, pero que no termina de salirse del modo de hacer imperante.

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